viernes, enero 23, 2009

La palabra de hoy se encuentra en Efesios 4:31-32:


“31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

Que Dios te bendiga en este viernes 23 de enero de 2009, comienzo de un fin de semana en donde declaro que será de gran bendición a tu vida y a la de los tuyos y como siempre dándole las gracias al Padre por su eternos amor y por su misericordia.

Imaginemos a una persona amargada, deprimida y emocionalmente devastada. Quien con sus problemas y situaciones se encorva sobre una mesa de laboratorio y añade metódicamente un poquito de esto y una pizca de aquello y un poquito de lo otro a un acido verde que está en el tubo de ensayo frente a él. Sus pensamientos son una mezcolanza de imágenes antiguas, y su corazón es un viejo mosaico de odio por un agravio que ocurrió hace mucho tiempo. Está pensando en la persona que lo hirió, lo humilló y lo pisoteó y va preparando un veneno para dárselo.

Suena como una escena de una película de suspenso, ¿verdad? Sin embargo, aquí es donde la escena cambia de dirección. Imagine a ese mismo científico patético dando un suspiro de aviso cuando se endereza, maravillado de la venganza líquida que ha creado. Ahora, por último, imagine a esa pobre alma diciendo: "Ahora vas a ver", mientras levanta el tubo y se bebe el veneno. Ése es un giro sorprendente, que uno no esperaría ver en una película. Pero, es muy posible que tu hayas hecho lo mismo en algún momento, ¿cierto?

La amargura es un veneno que preparamos para alguien, pero después somos nosotros quienes lo ingerimos. Es una dosis concentrada de tóxico emocional, muchas veces un veneno que cultivamos y desarrollamos durante años. Cuando reaccionamos a las malas acciones de alguien dando rienda suelta a sueños de retribución y de odio, estamos envenenando lentamente nuestro corazón y nuestra mente y nuestra alma y espíritu.

Pídele a Dios que Te revele cualquier señal de veneno que haya en tu sistema ahora. Y después, toma una dosis del antídoto: el perdón, que solo viene de Él, que solo proviene de Dios.

Y en esta mañana quiero decirte que no importa lo que te hayan hecho, no importa lo que te hayan herido, maltratado, humillado e injuriado, Dios es el único antídoto para todo ese odio que pueda albergar en tu corazón, en tu alma, dejemos que Dios con su amor nos vaya limpiando, que Dios nos vaya sanando, que Dios te bendiga en esta linda y maravillosa mañana que Dios nos ha regalado, solicitándole al Padre que nos ayude a ver y sacar de nuestro corazón en donde haya o queden residuos de odio y/o raíces de amarguras que tanto daño nos hacen a nosotros y a los que se encuentran en convivencia con nosotros, deseando que tengas un súper feliz fin de semana en donde el perdón ayude aliviar ese dolor de tu corazón, que Dios te bendiga. Celestial Services 707 © Todos Los Derechos Reservados 2009.

No hay comentarios: