viernes, enero 30, 2009

La palabra de hoy se encuentra en Romanos 12:19-21:

“19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”

Que Dios te bendiga en este viernes 30 casi cerrando este maravilloso mes, deseando que febrero sea un mes de victorias, de milagros y de bendiciones a granel y como siempre dándole las gracias al Padre por su amor y por su misericordia.

La Biblia hace un llamado a los creyentes a ser una fuente de aliento y ayuda para los demás. Sin embargo, la mayoría de nosotros conocemos por lo menos a una persona con la que tenemos más conflictos que momentos de cordialidad. Las desavenencias pueden surgir por creencias religiosas diferentes, personalidades que no concuerdan, palabras o acciones malinterpretadas. Pero a través de Jesucristo casi cualquier diferencia puede superarse. Quienes le han recibido como Salvador tienen la capacidad de tener una vida pacífica.

Los conflictos son el resultado de vivir en "la carne" (el deseo natural del hombre de autosatisfacción por cualquier medio). Pero los creyentes han recibido el Espíritu Santo, y por eso pueden actuar en el Espíritu, no en la carne. Cuando le damos a Dios el control, Su bondad y Su gracia fluyen a través de nuestra vida para que haya armonía.

Primero, la gracia divina se expresa por medio de la oración, cuando convertimos en un hábito el orar al Señor por la otra persona. Luego, discutimos con ésta el problema que hay en la relación. Sólo hay una manera de descubrir la fuente del conflicto: tenemos que estar dispuestos a hablar de lo que nos preocupa y oír el punto de vista de la otra persona. A veces será necesario buscar la ayuda de un buen consejero cristiano para dar este primer paso. Por último, una vez conocido el origen del problema, ambas partes deben cooperar para restaurar la armonía y comprometerse a tratar cualquier nuevo problema cuando sea necesario. Dios desea que los creyentes vivan en paz, pero Él sabe que no podemos lograr la armonía por nosotros mismos. Por esa razón nos da un Ayudador: el Espíritu Santo.

Esperando que logremos vivir en armonía con otros y deseando que este maravilloso día sea de gran bendición a tu vida y la de los tuyos, que disfrutes de este fin de semana lleno del amor y la paz del Señor. Celestial Services 707 © Todos Los Derechos Reservados 2009.

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