lunes, mayo 04, 2009

La palabra de hoy se encuentra en el Romanos 8:35-39:

“35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Que Dios te bendiga en esta linda mañana, como de costumbre le doy las gracias a mi Padre Celestial por su amor y su misericordia.

La vida cambia constantemente. Apenas hemos terminado de resolver un problema y otro comienza a surgir inmediatamente. Y esto no es algo que sólo sucede a nivel personal, sino que podemos ver el mismo conflicto a nivel mundial. La economía mundial está destruida, los precios de la gasolina aún están muy altos en comparación con los salarios, y hay muchos que han perdido sus empleos. No debemos asombrarnos de todo esto, pues es normal que ocurra, ya que vivimos en un mundo caído espiritualmente.

A pesar de todo, podemos estar agradecidos a Dios, pues guía a cada uno de sus hijos aún en los tiempos difíciles en el Salmos 23:1 nos dice que: “1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.” Él es el buen Pastor que siempre está atento a las necesidades de sus ovejas. Es por eso que le dice a sus discípulos en Juan 14.18: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”. Esta promesa se cumplió con la venida del Espíritu Santo a la vida del creyente, quien fue enviado para permanecer en el corazón de cada cristiano en todo momento. Pablo también nos dice que somos sellados con el Espíritu de Dios hasta el día de nuestra redención. O sea que este sello nos protege de los ataques del enemigo que desea arrancarnos de las manos de nuestro Padre celestial.

Es importante que destaquemos que esta promesa de protección es sólo hecha a quienes han recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, y a quienes a su vez han sido hechos hijos de Dios y no los dice en Ro 8:16: “16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Todos los seres humanos estamos expuestos a los mismos problemas, pero el creyente en Cristo cuenta con la ayuda del Consolador que ha sido enviado del cielo. Podemos estar convencidos de que el amor y la misericordia siempre van a rodearnos para protegernos en todo momento.

Deseando que Dios te acompañe en este maravilloso día y que su amor y su misericordia este de continuo en nuestras vidas.

No hay comentarios: